sábado, 28 de maio de 2011

Pedro Figari un hombre de mirada audas que trasendio los tiempos‏. Por: Carlos Galoso








 

La retirada, ca. 1925
óleo sobre cartón- 34 x 71 cm 
Ingresó al museo en 1925. Adquisición de la CMBA.
Fonte de Informação: Carlos Galoso, Montevidéu  Uruguai



Nació en Montevideo, Uruguay, el 29 de junio de 1861. 
En 1886 obtuvo el título de Abogado. Ese mismo año contrajo matrimonio con la hija de un dirigente del Partido Colorado. Con ella emprendió un viaje por Europa que duró varios años. Visitó Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Alemania y Austria, donde recorrió museos y galerías de arte. Además, tomó cursos de pintura durante su estadía en Italia.
De regreso a Montevideo hacia 1890 fundó el periódico El Deber y comenzó a desempeñarse como Abogado Defensor de Pobres en lo Civil y Criminal. En 1896 fue elegido diputado por el departamento de Rocha. Dos años más tarde, obtuvo la designación como secretario de la Comisión Nacional del Partido Colorado. En 1899, tras ser reelecto diputado por el departamento de Minas, ocupó la Vicepresidencia de la Cámara de Representantes. Además, integró el Congreso de Notables para tratar la Reforma de la Constitución.
Pese a la multiplicidad de actividades realizadas durante esos años, su interés por el arte no decreció. Entre los años 1890 y 1913 participó en tertulias artísticas, pintó y presidió numerosas corporaciones culturales, como el Ateneo de Montevideo. Desde allí, promovió exposiciones y certámenes artísticos. También proyectó la ley de creación de la Escuela de Bellas Artes.
En 1920, casi a los 60 años, se dedicó de lleno a la pintura. Un año después abandonó Uruguay y se instaló en Buenos Aires. En 1924 expuso en la Galería Witcomb, siendo elogiado por la crítica porteña. La revista Martín Fierro también le brindó su apoyo. Envió obras a París, las cuales fueron recibidas con gran éxito. En consecuencia, fue invitado para viajar a Francia, exhibiendo sus pinturas un año más tarde. En 1925 se mudó a la ciudad luz y residió allí durante ocho años. 
Sin embargo, no se desvinculó del ambiente rioplatense. Continuó en contacto con los miembros de AABA, grupo del cual había formado parte. Además, frecuentó a varios artistas argentinos que estaban en París. Pablo Curatella Manes, Antonio Berni, Horacio Butler, y Juan del Prete, entre otros.
El eje mediante el cual el artista configuró su producción se centró en el pasado, intentando reconstruir las tradiciones regionales en una combinación entre lo visto, lo recordado y lo imaginado. Pintó sus recuerdos: el mundo colonial del siglo XIX -conocido durante su infancia y en vías de extinción- cargado de personajes y ambientes rioplatenses. Su obra muestra la vida de los negros en la ciudad, el candombe, ritos y festividades. También la vida de los gauchos, la pampa, animales y ombúes. Para ello, empleó un lenguaje visual inédito, desligado del naturalismo académico. Fue autodidacta en materia de oficio y técnica. Trabajó sin apuntes, sin ensayos previos ni bocetos. Compuso el espacio del plano a través del uso del color, por medio de contrastes y con pinceladas largas y libres. En sus pinturas no existe la perspectiva euclidiana, el claroscuro, ni los contornos delimitados. Trabajó sobre cartones con fondo pigmentado que absorben la pintura, evitando los brillos producidos sobre las superficies de tela. La retirada es un claro ejemplo de lo recientemente mencionado. La escena plagada de negros retirándose de una casona colonial, posiblemente después de algún baile o tertulia, evoca tiempos pasados que Figari intentó perpetuar una y otra vez en su producción.
Entre otras actividades, publicó textos sobre temas de su profesión específica, arte y estética. Entre ellos, El Arquitecto de 1928 -ensayo poético que dedicó a su hijo, muerto un año antes-, e Historia Kiria de 1930. También escribió diversos artículos que envió al diario La Nación.
Fue nombrado Asesor Artístico del Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay, en 1937.
Participó en la Exposición de la Olimpíada de Los Ángeles, Estados Unidos 1932. Además, formó parte del Primer Salón de Artes Plásticas de Uruguay, realizado en 1937. 
Obtuvo distinciones como: Medalla de Oro, Exposición Iberoamericana, Sevilla 1930. 
Falleció en Montevideo, el 24 de julio de 1938.

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