Capitulo 6
1 ¶ Después de esto, Jesús fue al otro lado del Mar de Galilea, el de Tiberias.
2 Y lo seguía una gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos.
3 Entonces subió Jesús a un monte y se sentó allí con sus discípulos.
4 Y estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.
5 Cuando alzó Jesús los ojos y vio que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe: -??De dónde compraremos pan para que coman estos?
6 Pero esto decía para probarlo, porque él sabía lo que iba a hacer.
7 Felipe le respondió: -Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomara un poco.
8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo:
9 -Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ??qué es esto para tantos?
10 Entonces Jesús dijo: -Haced recostar a la gente. Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como en número de cinco mil hombres.
11 Tomó Jesús aquellos panes y, después de dar gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; de igual manera hizo con los pescados, dándoles cuanto querían.
12 Y cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: -Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.
14 Entonces aquellos hombres, al ver la señal que Jesús había hecho, dijeron: “Verdaderamente este es el Profeta que había de venir al mundo”.
15 ¶ Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo.
16 Al anochecer descendieron sus discípulos al mar,
17 y entrando en una barca iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos.
18 El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.
19 Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo.
20 Pero él les dijo: -Yo soy; no temáis.
21 Entonces ellos lo recibieron con gusto en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra a donde iban.
22 ¶ Al día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar se dio cuenta de que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que estos se habían ido solos.
23 Pero otras barcas habían llegado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor.
24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaúm, buscando a Jesús.
25 Y hallándolo al otro lado del mar, le preguntaron: -Rabí, ??cuándo llegaste acá?
26 Respondió Jesús y les dijo: -De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual os dará el Hijo del hombre, porque a este señaló Dios, el Padre.
28 ¶ Entonces le preguntaron: -??Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
29 Respondió Jesús y les dijo: -Esta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado.
30 Entonces le dijeron: -??Qué señal, pues, haces tú, para que veamos y te creamos? ??Qué obra haces?
31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo”.
32 Y Jesús les dijo: -De cierto, de cierto os digo: Moisés no os dio el pan del cielo, pero mi Padre os da el verdadero pan del cielo,
33 porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Le dijeron: -Señor, danos siempre este pan.
35 Jesús les respondió: -Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
36 Pero ya os he dicho que, aunque me habéis visto, no creéis.
37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mí viene, no lo echo fuera.
38 He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
39 Y la voluntad del Padre, que me envió, es que no pierda yo nada de todo lo que él me da, sino que lo resucite en el día final.
40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.
41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: “Yo soy el pan que descendió del cielo”,
42 y decían: -Este, ??no es Jesús el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ??Cómo dice ahora: “Del cielo he descendido”?
43 Jesús respondió y les dijo: -No murmuréis entre vosotros.
44 Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae; y yo lo resucitaré en el día final.
45 Escrito está en los Profetas: “Y todos serán enseñados por Dios”. Así que, todo aquel que oye al Padre y aprende de él, viene a mí.
46 No que alguien haya visto al Padre; solo aquel que viene de Dios, ese ha visto al Padre.
47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y aun así murieron.
50 Este es el pan que desciende del cielo para que no muera quien coma de él.
51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
52 Entonces los judíos discutían entre sí, diciendo: -??Cómo puede este darnos a comer su carne?
53 Jesús les dijo: -De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final,
55 porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
57 Así como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí.
58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres, que comieron el maná y murieron; el que come este pan vivirá eternamente.
59 Estas cosas dijo en Capernaúm, enseñando en una sinagoga.
60 ¶ Al oir esto, muchos de sus discípulos dijeron: -Dura es esta palabra; ??quién la puede oir?
61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: -??Esto os escandaliza?
62 ??Pues qué, si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba primero?
63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen -porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién lo había de entregar-.
65 Y dijo: -Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le es dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él.
67 Dijo entonces Jesús a los doce: -??Queréis acaso iros también vosotros?
68 Le respondió Simón Pedro: -Señor, ??a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
70 Jesús les respondió: -??No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
71 Hablaba de Judas Iscariote hijo de Simón, porque él era el que lo iba a entregar, y era uno de los doce.
Capítulo 7
1 ¶ Después de esto andaba Jesús en Galilea, pues no quería andar en Judea, porque los judíos intentaban matarlo.
2 Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos,
3 y le dijeron sus hermanos: -Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces,
4 porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.
5 Ni aun sus hermanos creían en él.
6 Entonces Jesús les dijo: -Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo siempre está preparado.
7 No puede el mundo odiaros a vosotros; pero a mí me odia, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
9 Y habiéndoles dicho esto se quedó en Galilea.
10 Pero después que sus hermanos subieron, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.
11 Y lo buscaban los judíos en la fiesta, y decían: -??Dónde estará aquel?
12 Y había mucha murmuración acerca de él entre la multitud, pues unos decían: “Es bueno”; pero otros decían: “No, sino que engaña al pueblo”.
13 Sin embargo, ninguno hablaba abiertamente de él por miedo a los judíos.
14 ¶ Pero a la mitad de la fiesta subió Jesús al Templo, y enseñaba.
15 Y se admiraban los judíos, diciendo: -??Cómo sabe este letras sin haber estudiado?
16 Jesús les respondió y dijo: -Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.
18 El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que lo envió, este es verdadero y no hay en él injusticia.
19 ??No os dio Moisés la Ley? Sin embargo, ninguno de vosotros la cumple. ??Por qué intentáis matarme?
20 Respondió la multitud y dijo: -Demonio tienes, ??quién intenta matarte?
21 Jesús respondió y les dijo: -Una obra hice y todos os admiráis.
22 Por cierto, Moisés os dio la circuncisión -no porque sea de Moisés, sino de los padres- y en sábado circuncidáis al hombre.
23 Si recibe el hombre la circuncisión en sábado, para que la Ley de Moisés no sea quebrantada, ??os enojáis conmigo porque en sábado sané completamente a un hombre?
24 No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.
25 Decían entonces unos de Jerusalén: -??No es a este a quien buscan para matarlo?
26 Pues mirad, habla públicamente y no le dicen nada. ??Habrán reconocido en verdad las autoridades que este es el Cristo?
27 Pero este, sabemos de dónde es; sin embargo, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es.
28 Jesús entonces, enseñando en el Templo, alzó la voz y dijo: -A mí me conocéis y sabéis de dónde soy; no he venido de mí mismo, pero el que me envió, a quien vosotros no conocéis, es verdadero.
29 Pero yo lo conozco, porque de él procedo, y él me envió.
30 Entonces intentaban prenderlo; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.
31 Y muchos de la multitud creyeron en él y decían: -El Cristo, cuando venga, ??hará más señales que las que este hace?
32 Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas. Entonces los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias para que lo prendieran.
33 Y Jesús dijo: -Todavía estaré con vosotros algún tiempo, y luego iré al que me envió.
34 Me buscaréis, pero no me hallaréis, y a donde yo estaré, vosotros no podréis ir.
35 Entonces los judíos dijeron entre sí: -??Adónde se irá este, que no lo hallaremos? ??Se irá a los dispersos entre los griegos y enseñará a los griegos?
36 ??Qué significa esto que dijo: “Me buscaréis, pero no me hallaréis, y a donde yo estaré, vosotros no podréis ir”?
37 ¶ En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: -Si alguien tiene sed, venga a mí y beba.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva.
39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
40 Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: “Verdaderamente este es el Profeta”.
41 Otros decían: “Este es el Cristo”. Pero algunos decían: “??De Galilea ha de venir el Cristo?
42 ??No dice la Escritura que de la descendencia de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?”.
43 Hubo entonces división entre la gente a causa de él.
44 Y algunos de ellos querían prenderlo, pero ninguno le echó mano.
45 ¶ Los guardias vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos. Entonces estos les preguntaron: -??Por qué no lo habéis traído?
46 Los guardias respondieron: -Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!
47 Entonces los fariseos les preguntaron: -??También vosotros habéis sido engañados?
48 ??Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos?
49 Pero esta gente que no sabe la Ley, maldita es.
50 Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos:
51 -??Juzga acaso nuestra Ley a un hombre si primero no lo oye y sabe lo que ha hecho?
52 Respondieron y le dijeron: -??Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado un profeta.
53 Y cada uno se fue a su casa,
Capitulo 8
1 ¶ pero Jesús se fue al Monte de los Olivos.
2 Por la mañana volvió al Templo, y todo el pueblo vino a él; y sentándose, les enseñaba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio,
4 le dijeron: -Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio,
5 y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ??qué dices?
6 Esto decían probándolo, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: -El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al oir esto, acusados por su conciencia, fueron saliendo uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los más jóvenes; solo quedaron Jesús y la mujer que estaba en medio.
10 Enderezándose Jesús y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: -Mujer, ??dónde están los que te acusaban? ??Ninguno te condenó?
11 Ella dijo: -Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: -Ni yo te condeno; vete y no peques más.
12 ¶ Otra vez Jesús les habló, diciendo: -Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
13 Entonces los fariseos le dijeron: -Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es válido.
14 Respondió Jesús y les dijo: -Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.
15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
16 Y si yo juzgo, mi juicio es según la verdad, porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.
17 Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos hombres es válido.
18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo. También el Padre que me envió da testimonio de mí.
19 Ellos le dijeron: -??Dónde está tu padre? Respondió Jesús: -Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocierais, también a mi Padre conoceríais.
20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el Templo; y nadie lo prendió, porque aún no había llegado su hora.
21 ¶ Otra vez les dijo Jesús: -Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis ir.
22 Decían entonces los judíos: -??Acaso pensará matarse, que dice: “A donde yo voy, vosotros no podéis ir”?
23 Y les dijo: -Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
25 Entonces le dijeron: -Tú, ??quién eres? Entonces Jesús les dijo: -Lo que desde el principio os he dicho.
26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero, y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo.
27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre.
28 Les dijo, pues, Jesús: -Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces conoceréis que yo soy y que nada hago por mí mismo, sino que, según me enseñó el Padre, así hablo,
29 porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
30 Al hablar él estas cosas, muchos creyeron en él.
31 ¶ Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: -Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
33 Le respondieron: -Descendientes de Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie. ??Cómo dices tú: “Seréis libres”?
34 Jesús les respondió: -De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado.
35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
36 Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.
37 Sé que sois descendientes de Abraham; sin embargo intentáis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
38 ¶ Yo hablo lo que he visto estando junto al Padre, y vosotros hacéis lo que habéis oído junto a vuestro padre.
39 Respondieron y le dijeron: -Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: -Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
40 Pero ahora intentáis matarme a mí, que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios. No hizo esto Abraham.
41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: -Nosotros no hemos nacido de fornicación! Un padre tenemos: Dios!
42 Jesús entonces les dijo: -Si vuestro padre fuera Dios, entonces me amaríais, porque yo de Dios he salido y he venido, pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
43 ??Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, pues es mentiroso y padre de mentira.
45 Pero a mí, que digo la verdad, no me creéis.
46 ¶ ??Quién de vosotros puede acusarme de pecado? Y si digo la verdad, ??por qué vosotros no me creéis?
47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: -??No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano y que tienes demonio?
49 Respondió Jesús: -Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.
50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.
51 ¶ De cierto, de cierto os digo que el que guarda mi palabra nunca verá muerte.
52 Entonces los judíos le dijeron: -Ahora nos convencemos de que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: “El que guarda mi palabra nunca sufrirá muerte”.
53 ??Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? También los profetas murieron! ??Quién crees que eres?
54 Respondió Jesús: -Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.
55 Vosotros no lo conocéis. Yo sí lo conozco y, si digo que no lo conozco, sería mentiroso como vosotros; pero lo conozco y guardo su palabra.
56 Abraham, vuestro padre, se gozó de que había de ver mi día; y lo vio y se gozó.
57 Entonces le dijeron los judíos: -Aún no tienes cincuenta años, ??y has visto a Abraham?
58 Jesús les dijo: -De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuera, yo soy.
59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió del Templo y, atravesando por en medio de ellos, se fue.
Capitulo 9
1 ¶ Al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: -Rabí, ??quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondió Jesús: -No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, mientras dura el día; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
5 Mientras estoy en el mundo, luz soy del mundo.
6 Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y untó con el lodo los ojos del ciego,
7 y le dijo: -Ve a lavarte en el estanque de Siloé -que significa “Enviado”-. Entonces fue, se lavó y regresó viendo.
8 ¶ Por eso, los vecinos y los que antes lo habían visto que era ciego, decían: -??No es este el que se sentaba y mendigaba?
9 Unos decían: “Él es”. Otros: “A él se parece”. Él decía: “Yo soy”.
10 Entonces le preguntaron: -??Cómo te fueron abiertos los ojos?
11 Respondió él y dijo: -Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos y me dijo: “Ve al Siloé y lávate”. Fui, pues, me lavé y recibí la vista.
12 Entonces le dijeron: -??Dónde está él? Él dijo: -No sé.
13 ¶ Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.
14 Y era sábado cuando Jesús había hecho el lodo y le había abierto los ojos.
15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. Él les dijo: -Me puso lodo sobre los ojos, me lavé y veo.
16 Entonces algunos de los fariseos decían: -Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el sábado. Otros decían: -??Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había división entre ellos.
17 Entonces le preguntaron otra vez al ciego: -??Qué dices tú del que te abrió los ojos? Él contestó: -Que es profeta.
18 Pero los judíos no creyeron que él había sido ciego y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,
19 y les preguntaron, diciendo: -??Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ??Cómo, pues, ve ahora?
20 Sus padres respondieron y les dijeron: -Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego;
21 pero cómo ve ahora, no lo sabemos, o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo.
22 Esto dijeron sus padres porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesaba que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga.
23 Por eso dijeron sus padres: “Edad tiene, preguntadle a él”.
24 Llamaron nuevamente al hombre que había sido ciego, y le dijeron: -Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que ese hombre es pecador.
25 Entonces él respondió y dijo: -Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
26 Le volvieron a decir: -??Qué te hizo? ??Cómo te abrió los ojos?
27 Él les respondió: -Ya os lo he dicho y no habéis escuchado, ??por qué lo queréis oir otra vez? ??Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
28 Entonces lo insultaron, y dijeron: -Tú eres su discípulo, pero nosotros, discípulos de Moisés somos.
29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero respecto a ese, no sabemos de dónde ha salido.
30 Respondió el hombre y les dijo: -Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde ha salido, y a mí me abrió los ojos.
31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ese oye.
32 Nunca se ha oído decir que alguien abriera los ojos a uno que nació ciego.
33 Si este no viniera de Dios, nada podría hacer.
34 Respondieron y le dijeron: -Tú naciste del todo en pecado, ??y nos enseñas a nosotros? Y lo expulsaron.
35 ¶ Oyó Jesús que lo habían expulsado y, hallándolo, le dijo: -??Crees tú en el Hijo de Dios?
36 Respondió él y dijo: -??Quién es, Señor, para que crea en él?
37 Le dijo Jesús: -Pues lo has visto; el que habla contigo, ese es.
38 Y él dijo: -Creo, Señor -y lo adoró.
39 ¶ Dijo Jesús: -Para juicio he venido yo a este mundo, para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oir esto, le dijeron: -??Acaso también nosotros somos ciegos?
41 Jesús les respondió: -Si fuerais ciegos no tendríais pecado, pero ahora, porque decís: “Vemos”, vuestro pecado permanece.
Capitulo 10
1 ¶ ”De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador.
2 Pero el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
3 A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre y las saca.
4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
5 Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
6 Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les quería decir.
7 Volvió, pues, Jesús a decirles: -De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores, pero no los oyeron las ovejas.
9 Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos.
10 El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 ”Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
12 Pero el asalariado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
13 Así que el asalariado huye porque es asalariado y no le importan las ovejas.
14 ”Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15 así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16 Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; a esas también debo atraer y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.
17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar.
18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
19 ¶ Volvió a haber división entre los judíos por estas palabras.
20 Muchos de ellos decían: -Demonio tiene y está fuera de sí. ??Por qué lo oís?
21 Decían otros: -Estas palabras no son de endemoniado. ??Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
22 ¶ Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
23 y Jesús andaba en el Templo por el pórtico de Salomón.
24 Lo rodearon los judíos y le dijeron: -??Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
25 Jesús les respondió: -Os lo he dicho, y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27 Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen;
28 yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre, que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30 El Padre y yo uno somos.
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo.
32 Jesús les respondió: -Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ??por cuál de ellas me apedreáis?
33 Le respondieron los judíos, diciendo: -Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
34 Jesús les respondió: -??No está escrito en vuestra Ley: “Yo dije, dioses sois”?
35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
36 ??al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: “Tú blasfemas”, porque dije: “Hijo de Dios soy”?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
38 Pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.
39 ¶ Intentaron otra vez prenderlo, pero él se escapó de sus manos.
40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí.
41 Muchos acudían a él, y decían: -Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad.
42 Y muchos creyeron en él allí.