Evangelio Según San Juan
El verbo hecho carne
Capitulo 1
1 ¶ En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios.
2 Este estaba en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 ¶ La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la dominaron.
6 Hubo un hombre enviado por Dios, el cual se llamaba Juan.
7 Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él.
8 Él no era la luz, sino un testigo de la luz.
9 La luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de él; pero el mundo no lo conoció.
11 A lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron.
12 Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
13 Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios.
14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre.
15 ¶ Juan testificó de él diciendo: “Este es de quien yo decía: “El que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo””.
16 De su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia,
17 porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.
19 ¶ Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: -??Quién eres tú?
20 Él confesó y no negó. Confesó: -Yo no soy el Cristo.
21 Y le preguntaron: -??Qué, pues? ??Eres tú Elías? Dijo: -No soy. -??Eres tú el Profeta? Y respondió: -No.
22 Entonces le dijeron: -??Quién eres? Tenemos que dar respuesta a los que nos enviaron. ??Qué dices de ti mismo?
23 Dijo: -Yo soy “la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías.
24 Los que habían sido enviados eran de los fariseos.
25 Y le preguntaron diciendo: -??Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta?
26 Juan les respondió diciendo: -Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.
27 Este es el que viene después de mí, quien es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
29 ¶ Al siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
30 Este es de quien yo dije: “Después de mí viene un hombre que es antes de mí, porque era primero que yo”.
31 Y yo no lo conocía; pero por esto vine bautizando con agua: para que él fuera manifestado a Israel”.
32 Además, Juan testificó, diciendo: “Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y que permaneció sobre él.
33 Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Sobre quien veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
34 Y yo lo he visto y testifico que este es el Hijo de Dios”.
35 Al siguiente día estaba otra vez Juan, y con él dos de sus discípulos.
36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: “Este es el Cordero de Dios!”.
37 ¶ Los dos discípulos lo oyeron hablar y siguieron a Jesús.
38 Volviéndose Jesús y viendo que lo seguían, les dijo: -??Qué buscáis? Ellos le dijeron: -Rabí -que significa “Maestro”-, ??dónde vives?
39 Les dijo: -Venid y ved. Fueron y vieron dónde vivía, y se quedaron aquel día con él, porque era como la hora décima.
40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.
41 Aquel encontró primero a su hermano Simón, y le dijo: -Hemos encontrado al Mesías -que significa “Cristo”-.
42 Y lo trajo a Jesús. Mirándolo Jesús, dijo: -Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas -es decir, Pedro-.
43 ¶ Al siguiente día, Jesús quiso ir a Galilea; encontró a Felipe y le dijo: -Sígueme.
44 Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.
45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: -Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés, en la Ley, y también los Profetas: a Jesús hijo de José, de Nazaret.
46 Natanael le dijo: -??De Nazaret puede salir algo bueno? Respondió Felipe: -Ven y ve.
47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: -Aquí está un verdadero israelita en quien no hay engaño!
48 Le dijo Natanael: -??De dónde me conoces? Jesús le respondió: -Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
49 Natanael exclamó: -Rabí, tú eres el Hijo de Dios! Tú eres el Rey de Israel!
50 Le contestó Jesús: -??Crees porque te dije: “Te vi debajo de la higuera”? Cosas mayores que estas verás.
51 Y agregó: -De cierto, de cierto os digo: Desde ahora veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.
Las bodas de Caná
Capitulo 2
1 ¶ Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús.
2 También fueron invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
3 Y faltó vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: -No tienen vino.
4 Jesús le dijo: -??Qué tiene que ver esto con nosotros, mujer? Aún no ha llegado mi hora.
5 Su madre dijo a los que servían: -Haced todo lo que él os diga.
6 Había allí seis tinajas de piedra para agua, dispuestas para el rito de purificación de los judíos; en cada una de ellas cabían dos o tres cántaros.
7 Jesús les dijo: -Llenad de agua estas tinajas. Y las llenaron hasta arriba.
8 Entonces les dijo: -Sacad ahora un poco y presentadlo al encargado del banquete. Y se lo presentaron.
9 Cuando el encargado del banquete probó el agua hecha vino, sin saber de dónde era (aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al esposo
10 y le dijo: -Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando han bebido mucho, el inferior; sin embargo, tú has reservado el buen vino hasta ahora.
11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
12 ¶ Después de esto descendieron a Capernaúm él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y se quedaron allí no muchos días.
13 Estaba cerca la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
14 Encontró en el Templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas que estaban allí sentados
15 e hizo un azote de cuerdas y echó fuera del Templo a todos, con las ovejas y los bueyes; también desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas;
16 y dijo a los que vendían palomas: -Quitad esto de aquí, y no convirtáis la casa de mi Padre en casa de mercado.
17 Entonces recordaron sus discípulos que está escrito: “El celo de tu casa me consumirá”.
18 Los judíos respondieron y le dijeron: -Ya que haces esto, ??qué señal nos muestras?
19 Respondió Jesús y les dijo: -Destruid este templo y en tres días lo levantaré.
20 Entonces los judíos dijeron: -En cuarenta y seis años fue edificado este Templo, ??y tú en tres días lo levantarás?
21 Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.
23 ¶ Mientras estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía.
24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos;
25 y no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues él sabía lo que hay en el hombre.
Jesús y Nicodemo
Capitulo 3
1 ¶ Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, dignatario de los judíos.
2 Este vino a Jesús de noche y le dijo: -Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Le respondió Jesús: -De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le preguntó: -??Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ??Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
5 Respondió Jesús: -De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer de nuevo”.
8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.
9 Le preguntó Nicodemo: -??Cómo puede hacerse esto?
10 Jesús le respondió: -Tú, que eres el maestro de Israel, ??no sabes esto?
11 De cierto, de cierto te digo que de lo que sabemos, hablamos, y de lo que hemos visto, testificamos; pero no recibís nuestro testimonio.
12 Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ??cómo creeréis si os digo las celestiales?
13 Nadie subió al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado,
15 para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
16 ”De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
19 Y esta es la condenación: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas,
20 pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto.
21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
22 ¶ Después de esto vino Jesús con sus discípulos a tierras de Judea, y estuvo allí con ellos y bautizaba.
23 También Juan bautizaba en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas. Y la gente llegaba y se bautizaba,
24 pues aún no habían encarcelado a Juan.
25 Entonces se produjo una discusión entre los discípulos de Juan y algunos judíos acerca de la purificación.
26 Y vinieron a Juan y le dijeron: -Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, él también bautiza, y todos van a él.
27 Respondió Juan: -No puede el hombre recibir nada a menos que le sea dado del cielo.
28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él”.
29 El que tiene a la esposa es el esposo; pero el amigo del esposo, el que está a su lado y lo oye, se goza grandemente de la voz del esposo. Por eso, mi gozo está completo.
30 Es necesario que él crezca, y que yo disminuya.
31 El que viene de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra es terrenal y habla de cosas terrenales. El que viene del cielo está por encima de todos,
32 y de lo que ha visto y oído testifica, pero nadie recibe su testimonio.
33 El que recibe su testimonio, ese atestigua que Dios es veraz,
34 porque aquel a quien Dios envió, las palabras de Dios habla, pues Dios no da el Espíritu por medida.
35 El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano.
36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Jesús e la mujer samaritana
Capitulo 4
1 ¶ Cuando, pues, el Señor supo que los fariseos habían oído decir: “Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan”
2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
3 salió de Judea y se fue otra vez a Galilea.
4 ¶ Y le era necesario pasar por Samaria.
5 Fue, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta.
7 Llegó una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: -Dame de beber
8 -pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos-.
9 La mujer samaritana le dijo: -??Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? -porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí-.
10 Respondió Jesús y le dijo: -Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le pedirías, y él te daría agua viva.
11 La mujer le dijo: -Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ??De dónde, pues, tienes el agua viva?
12 ??Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
13 Jesús le contestó: -Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed;
14 pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
15 La mujer le dijo: -Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed ni venga aquí a sacarla.
16 Jesús le dijo: -Ve, llama a tu marido, y ven acá.
17 Respondió la mujer y dijo: -No tengo marido. Jesús le dijo: -Bien has dicho: “No tengo marido”,
18 porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido. Esto has dicho con verdad.
19 Le dijo la mujer: -Señor, me parece que tú eres profeta.
20 Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
21 Jesús le dijo: -Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos.
23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren.
24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.
25 Le dijo la mujer: -Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
26 Jesús le dijo: -Yo soy, el que habla contigo.
27 ¶ En esto llegaron sus discípulos y se asombraron de que hablara con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: “??Qué preguntas?” o “??Qué hablas con ella?”.
28 Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres:
29 -Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ??No será este el Cristo?
30 Entonces salieron de la ciudad y vinieron a él.
31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: -Rabí, come.
32 Él les dijo: -Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
33 Entonces los discípulos se decían entre sí: -??Le habrá traído alguien de comer?
34 Jesús les dijo: -Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra.
35 ??No decís vosotros: “Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega”? Yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
36 Y el que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se goce juntamente con el que siega.
37 En esto es verdadero el dicho: “Uno es el que siembra y otro es el que siega”.
38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron y vosotros habéis entrado en sus labores.
39 Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: “Me dijo todo lo que he hecho”.
40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días.
41 Muchos más creyeron por la palabra de él,
42 y decían a la mujer: -Ya no creemos solamente por lo que has dicho, pues nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.
43 ¶ Dos días después salió de allí y fue a Galilea,
44 pues Jesús mismo dio testimonio de que al profeta no se le honra en su propia tierra.
45 Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron, pues habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén, en la fiesta, porque también ellos habían ido a la fiesta.
46 Fue, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había en Capernaúm un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
47 Cuando oyó aquel que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a él y le rogó que descendiera y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir.
48 Entonces Jesús le dijo: -Si no veis señales y prodigios, no creeréis.
49 El oficial del rey le dijo: -Señor, desciende antes que mi hijo muera.
50 Jesús le dijo: -Vete, tu hijo vive. El hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
51 Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirlo, y le informaron diciendo: -Tu hijo vive.
52 Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a mejorar. Le dijeron: -Ayer, a la hora séptima, se le pasó la fiebre.
53 El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y creyó él con toda su casa.
54 Esta segunda señal hizo Jesús cuando fue de Judea a Galilea.
El paralítico de betesda
Capitulo 5
1 ¶ Después de esto había una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
2 Hay en Jerusalén, cerca de la Puerta de las Ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.
3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua,
4 porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua; el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviera.
5 Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
6 Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: -??Quieres ser sano?
7 El enfermo le respondió: -Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; mientras yo voy, otro desciende antes que yo.
8 Jesús le dijo: -Levántate, toma tu camilla y anda.
9 Al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su camilla y anduvo. Era sábado aquel día.
10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: -Es sábado; no te es permitido cargar tu camilla.
11 Él les respondió: -El que me sanó, él mismo me dijo: “Toma tu camilla y anda”.
12 Entonces le preguntaron: -??Quién es el que te dijo: “Toma tu camilla y anda”?
13 Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
14 Después lo halló Jesús en el Templo y le dijo: -Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor.
15 El hombre se fue y contó a los judíos que Jesús era quien lo había sanado.
16 Por esta causa los judíos perseguían a Jesús e intentaban matarlo, porque hacía estas cosas en sábado.
17 ¶ Jesús les respondió: -Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
18 Por esto los judíos aun más intentaban matarlo, porque no solo quebrantaba el sábado, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
19 Respondió entonces Jesús y les dijo: -De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente,
20 porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os admiréis.
21 Como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida,
22 porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,
23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre, que lo envió.
24 ”De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.
25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.
26 Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
27 y, además, le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del hombre.
28 No os asombréis de esto, porque llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
29 y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
30 ”No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió.
31 ¶ Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
32 Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero.
33 Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad.
34 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; sin embargo, digo esto para que vosotros seáis salvos.
35 Él era antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.
36 Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan: las obras que el Padre me dio para que cumpliera, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.
37 También el Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,
38 ni tenéis su palabra morando en vosotros, porque no creéis a quien él envió.
39 Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí;
40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
41 ”Gloria de los hombres no recibo.
42 Pero yo os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros.
43 Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viniera en su propio nombre, a ese recibiríais.
44 ??Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros y no buscáis la gloria que viene del Dios único?
45 No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre. Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza, es quien os acusa,
46 porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.
47 Pero si no creéis a sus escritos, ??cómo creeréis a mis palabras?
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